Echamos de menos nuestras escapadas de fin de semana, sí, también el llevarnos de paseo la bolsa de “efectos y accesorios” que siempre decías que yo era el encargado pero a ti te gustaba que la llevase.
Echas de menos el café compartido aunque últimamente no le diésemos importancia, echas de menos compartir cosas ricas cual tragones sin fondo.
Tú también echas de menos que te lave el pelo aunque últimamente ya ni nos duchásemos juntos.
Claro que echas de menos que te toque el culo para dormir y, sobre todo, que mis pies se enzarcen con los tuyos al acostarte.
Y, LO SABES, YO TAMBIÉN ECHO TODO ESO DE MENOS.
Fue hace tanto tiempo q no sé dónde están guardados esos recuerdos…
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