lunes, 8 de julio de 2013

Odio cuando me despido de ti.

Cada vez que eso ocurre, los primeros minutos son un incesante recuerdo de las horas y los días que hemos pasado juntos. Te recuerdo a mi lado, riendo o dormida pegada a mi. Sigo sintiendo tus besos y tus caricias, veo tus ojos allá donde miro y se me escapan, sin querer, las sonrisas al pensarte. 

Y..... después todo se vuelve un poco más oscuro, un poco más triste. Porque no te voy a volver a tener en los próximos días cuando eso es todo lo que realmente quiero. No voy a poder darte un beso de buenas noches y continuarlo con otro de buenos días. No voy a poder compartir contigo cada minuto que tengamos libre. 

Y...... lamento que el dichoso pueblo no tenga otra conexión a la carretera para ir en tu misma dirección para robarle otra hora a la tarde y perseguirte hasta hacerte parar de nuevo y decirte que sí, que te amo para siempre, que nada podrá separarme de ti porque eres lo más bonito que tengo. 



Y...... por todo eso que siento sé que dan igual las despedidas, solamente son pequeñas piedras en el camino, pruebas de resistencia que juntos pasamos aunque nos duela. Porque después de una despedida viene un nuevo reencuentro donde volvemos a aprovechar el tiempo y los momentos que tenemos para nosotros. 

Y.... cuando me preguntes una y mil veces cuanto te quiero, aunque no tenga en ese momento las palabras para responderte de forma inolvidable o irrepetible, Si, si te quiero y no lo dudes, porque en cada sueño y en cada pensamiento tú estas presente

Tanto te quiero que las noches y los días se me hacen eternas para volverte a mirar
Te quiero más de lo que te puedas imaginar porque mi amor es tan inmenso como el mar y se que durante muchos muchos años te lo voy a demostrar. 

T qro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario